Tras un seísmo, muchas personas quedan atrapadas bajo los escombros que estos provocan. La situación que se crea es muy tensa, dado que mucha de la gente que queda atrapada bajo ellos no puede salir y gritan pidiendo auxilio si no están inconscientes.
Los equipos de rescate tienen que actuar a la máxima velocidad para evitar el menor número de heridos para lo cual siguen unas pautas de actuación:
- Realizar un reconocimiento del lugar: Hay que determinar si ha habido algún escape de gas, puesto que su explosión podría ser muy devastadora. Para ello utilizan un explosímetro. También determinan el mejor material para perforar y usan, si es necesario, refuerzos para dar más estabilidad.
- Localización de víctimas: Para ello utilizan perros adiestrados, sondas y picas, instrumentos que les facilitan mucho la tarea.
- Visualización: Tienen que visualizar a las personas que están entre los escombros para lo cual realizan un agujero en el que meten una cámara endoscópica y así averiguan cuantas personas están atrapadas y cual es su situación. Esto permite al socorrista comunicarse con la o las víctimas y que un médico puede ver el estado físico y psicológico en el que se encuentran y efectuar un diagnóstico.
- Evacuación: En este momento realizan una perforación y retiran los escombros para sacar a las víctimas o, si la víctima se encuentra muy mal, puede entrar el médico o el socorrista entre los escombros para darle primeros auxilios.
Tras todos estos pasos se evacua a la víctima, que es llevada a un centro hospitalario para poder mejorar su salud y así evitar mayores consecuencias físicas y psicológicas.
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